1. Si sospechamos que nuestro
hijo puede ser alérgico a algún tipo de polen, por presentar durante los meses
de primavera: síntomas de rinitis (congestión nasal, picor de nariz,
estornudos…etc), conjuntivitis (picor ocular, lagrimeo) y/o asma (tos seca,
falta de aire…etc), lo primero deberá ser acudir al especialista: al
alergólogo. Él será el encargado de realizar las pruebas pertinentes para
filiar el origen de dichos síntomas y demostrar si obedecen o no a una causa
alérgica. Las pruebas alérgicas pueden realizarse a cualquier edad.
2. En caso afirmativo, hay que
familiarizarse con los pólenes a los que el niño es alérgico, evitar acercarse
a los lugares donde abundan y se presentan en concentraciones elevadas en la
atmósfera durante los períodos de polinización. Pero, por desgracia, esta
medida no siempre es posible.
3. Cerrar las ventanas de la
habitación, sobre todo por la noche, porque es el momento del día donde los
niveles de polen son mayores. Será preferible ventilar a mediodía.
Airear el dormitorio a mediodía, el resto del dia ventanas cerradas |
4. Revisar (lavar) las frutas y
las verduras, para que no tengan pegados granos de polen, al igual que los
productos obtenidos de las abejas, en caso de ser consumidos sin cocinar.
5. Viajar en coche con las ventanillas
cerradas en época de polinización, cerciorarnos de que el filtro de aire que
usa nuestro coche es “antipolen”, cambiarlo y/o limpiarlo.
Filtros antipolen para la entrada de aire al vehículo |
6. Evitar los desplazamientos en
bicicleta, correr o realizar ejercicio físico en zonas donde el polen abunde. Especialmente
los días cálidos y con viento.
7. Usar gafas de sol para salir
de paseo y usar mascarillas homologadas para filtrar el polen puede ayudar en
determinados casos.
Niños con gafas de sol |
8. No colgar ropa en el exterior
para que se seque, ya que el polen se puede quedar “pegado” a la tela.
No tender la ropa en el exterior |
9. Evitar irritantes: humo del
tabaco, productos de limpieza en aerosol para baño o cocina, colonias en
spray... que pueden agravar los síntomas alérgicos.
El humo del tabaco agrava las alergias respiratorias |
10. El tratamiento más común
consiste en aliviar los síntomas con medicación que siempre debe ser indicada
por un médico, mejor si es el alergólogo. Lo ideal es realizar un tratamiento
de la causa, mediante vacunas específicas, que evitarán los
síntomas y evitarán que la enfermedad alérgica progrese: es decir, que lo que
era una rinitis se convierta en asma, y lo que era una alergia a un solo polen,
se convierta en una alergia a varios de ellos.
Dra.
Gloria Requena Quesada.
Médico
Especialista en Alergología.
Grupo
AlergoMálaga.
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