Hoy
en día, la Sensibilidad química múltiple (SQM) es objeto de intensos debates
entre la comunidad científica, debido a que la mayoría de los casos detectados comparten
muy pocos aspectos comunes, dada la variedad de síntomas y de grados de
afectación.
Pero, ¿cómo se
define exactamente?
La
Sensibilidad Química Múltiple es un síndrome complejo que se presenta con
síntomas diversos tras la exposición a una amplia variedad de agentes y
compuestos químicos que se encuentran en el medio ambiente, presentándose dichas
reacciones con una exposición a niveles tolerados por la mayoría de las
personas.
Otros términos utilizados para describirlo son: “Síndrome de
hipersensibilidad química”, “Alergia universal”, “Sensibilidad alimentaria y
química”, “Alergia cerebral”, “Enfermedad ambiental”, “Síndrome de Respuesta a
las Sustancias Químicas”, o incluso “Enfermedad ecológica”.
A
pesar de estas denominaciones, aún permanece en un terreno incierto su
mecanismo fisiopatológico y no se han podido confirmar ninguno de los múltiples
factores sugeridos (inmunológicos, psicológicos, metabólicos, tóxicos…). Así
pues, los síntomas manifestados por las personas afectadas son recurrentes y de
carácter crónico, variables en cuanto a frecuencia, gravedad y duración.
Los
síntomas no se limitan a un solo órgano o sistema; son diversos, pudiendo
afectar al sistema musculo-esquelético: con dolores, debilidad, rigidez o
fatiga; al cardiovascular: con palpitaciones, así como al
gastrointestinal y al respiratorio. La afectación cognitiva cursa con síntomas
neurológicos inespecíficos y la esfera afectiva se puede ver alterada. Todo
esto ocurre sin un patrón común característico a todos los pacientes, lo que
dificulta su identificación.
Entonces, ¿cómo
se diagnostica?
Actualmente,
no existe ningún biomarcador específico que permita confirmar este síndrome, es
decir, no hay ningún parámetro analítico o prueba médica que ayude a su
diagnóstico.
Desde
el punto de vista alergológico tampoco se ha podido demostrar un mecanismo IgE
mediado o celular que justifique esta relación, es decir, que ni las pruebas
cutáneas ni las determinaciones inmunológicas en sangre, son capaces de
identificar un responsable de los síntomas cuya evitación pudiera conllevar la
mejoría del paciente. Por tanto, la detección de la SQM se basa en criterios
clínicos, en los síntomas auto-referidos por las personas afectadas y en la
historia de la exposición química, tras haber hecho un buen diagnóstico
diferencial y descartado otras patologías.
¿Existe un tratamiento
específico?
Debido
al desconocimiento del mecanismo fisiopatológico responsable, no se dispone de
un tratamiento etiológico específico, siendo su tratamiento fundamentalmente
sintomático, orientado a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas e
intentando evitar la exposición a los agentes desencadenantes.
¿Cuál es la
situación actual?
La
evidencia analizada estima una prevalencia del 0,2% al 4% de la población
general con un claro predominio de mujeres entre las personas afectadas.
Esta
enfermedad ha sido catalogada por el Ministerio de Sanidad Español dentro de las
enfermedades alérgicas no específicas, en la modificación clínica que ha
realizado del CIE-9, lo que no implica que sea acertada su clasificación. Quizá
por el término “sensibilidad”, algunos
pensaron que tenía que ver con la hipersensibilidad alérgica y esa forma
exagerada de respuesta ante agentes exógenos, atribuyéndole el mismo epígrafe
en la clasificación (el 995.3). Pero nada más lejos de la realidad, ya que como
antes se ha dicho, hasta la presente no se ha hallado un mecanismo alérgico o
inmunológico que dé explicación a este fenómeno.
Dra. Teresa
Posadas Miranda.
Médico
Especialista en Alergología.
Grupo
AlergoMálaga.
Hola buenas tardes , diagnosticada alergia de contacto , dermatitis de contacto a todos los químicos , me ayuda nadie a saber con que me puedo lavar a partir de ahora , no sé nada de cositas de higiene personal , me podíais ayuda r por favor 🙏, graciasssss.
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