La inmunoterapia específica con alérgenos (o
vacunas para la alergia) es uno de los tratamientos fundamentales y de rutina
dentro de la alergología, aunque existe sobre la misma un gran desconocimiento por
parte de compañeros de otras especialidades, ya sean médicos de familia,
neumólogos, otorrinos, etc., y muchos de ellos aún lo consideran un tratamiento
“novedoso”, “con poca experiencia de
uso”, “de dudosa eficacia clínica”…
Lo cierto es que la historia de nuestras vacunas
ha corrido de forma casi paralela al desarrollo de las vacunas para las
enfermedades infecciosas. Y es que, aunque muchos no lo crean, ya han cumplido
más de 100 años, desde los primeros extractos alergénicos por parte del Dr.
Noon en 1911.
1911 Noon y Freeman: El inicio de la inmunoterapia alérgica |
Desde sus inicios se cuentan por miles las
publicaciones que se han sucedido en la comunidad científica, en revistas de
múltiples campos de la medicina, demostrando no solamente cómo se han ido perfeccionando
las mismas, sino también el beneficio que les reporta a los pacientes.
Revistas internacionales que recogen los beneficios de las vacunas |
Tanto es así que hoy en día, el uso de la inmunoterapia específica con alérgenos
es reconocida como una de las herramientas que se debe emplear en el
tratamiento integral de determinadas enfermedades alérgicas, refrendado por
múltiples consensos de expertos, normativas y guías de práctica clínica con el
máximo grado de evidencia científica, como las guías ARIA 2008, GEMA 2009 y
GEMA 4.0, y el mayor organismo que las puede avalar, que es la Organización Mundial de la Salud (OMS),
señalando que “la Inmunoterapia con
alérgenos es el único tratamiento que puede modificar el curso natural de las
enfermedades alérgicas”.
Organismos y Guías Clínicas que avalan la eficacia de las vacunas |
Visto todo esto, aún nos encontramos pacientes en
la consulta reticentes a la inmunoterapia, por comentarios de amigos o familiares
tales como: “Pero eso de las vacunas ¿funciona?...
es que mi primo se la puso muchos años y no le hizo nada…”. La cuestión es
¿quién prescribió la inmunoterapia?
El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad, es claro en este punto (http://www.msssi.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfNoTransmisibles/alergias.htm):
“Si
procede, se le indicará un tratamiento específico, la inmunoterapia, conocido
popularmente como vacuna, este tratamiento debe
ser indicado por un especialista en alergología y siempre aplicado bajo
control sanitario”.
¿Parece lógico, no? Al igual que si te tienes que
operar de anginas no te las va a quitar un odontólogo o un oftalmólogo, si
precisas un tratamiento que se llama inmunoterapia específica con alérgenos o
vacuna para la alergia, no deberías dejar que te la mandara un neumólogo, un
otorrino o un pediatra.
Los alergólogos conocen bien las vacunas |
Para que un tratamiento con inmunoterapia (IT)
sea efectivo, debe cumplir una serie de requisitos fundamentales que los
alergólogos tenemos en cuenta de forma pormenorizada, personalizada e
individualizada con el paciente que tenemos delante. Una serie de preguntas a
las que tenemos que dar respuesta antes del inicio de una IT: ¿Es el paciente apto para una vacuna?
¿Tenemos un diagnóstico claro? ¿Disponemos de una vacuna de calidad
contrastada?... Y una vez contestadas todas ellas y ya en tratamiento, el paciente
deberá ser sometido a un seguimiento que evalúe tanto la tolerabilidad como la
eficacia de la misma.
A los pacientes yo siempre les digo:
“Las vacunas no te curan en 2 días… Es un tratamiento de fondo que va
dirigido a la raíz del problema, y según vaya pasando el tiempo, poco a poco se
reducirán tus síntomas, necesitarás menos medicación, ganarás en calidad de
vida… y además, tiene la gran ventaja de que el efecto alcanzado suele
mantenerse durante años una vez finalizado el tratamiento”.
Cuando los alergólogos prescribimos una vacuna a
un paciente, tras la realización de una historia clínica detallada, advirtiendo
la frecuencia y estacionalidad de los síntomas, con un estudio alergológico que
incluye pruebas cutáneas y/o analíticas (inclusive si hace falta llegando hasta
el estudio molecular), y eligiendo una vacuna de la cual tenemos evidencias
contrastadas respecto a su seguridad y eficacia, el porcentaje de pacientes que
mejora es superior al 85%, y estos, en la gran mayoría de los casos, se olvidan
de su enfermedad.
Un buen diagnóstico, lleva al tratamiento correcto |
En conclusión, las vacunas de alergia funcionan,
con un altísimo porcentaje de mejoría clínica para los pacientes, tanto que
muchos “se curan” de su alergia, pero conseguir esto depende de que el
tratamiento esté bien prescrito, lo que es más probable que ocurra si se acude
a un alergólogo.
Dra. Jaime García Campos
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga
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ResponderEliminarHola en q consiste la prueba de la alergia.? dicen q ahora no es como antes q te hacen pinchacitos y tienes q esperar en la sala de espera para ver a q lo eres.Dcen q ahora te pinchan con aguja
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