Paula
es una paciente de 35 años, que fue diagnosticada de un cáncer de ovario en
2015. Por las características del mismo, su oncóloga indicó el inicio de
tratamiento quimioterápico. Durante la administración de la segunda dosis de
Carboplatino (el quimioterápico indicado como primera elección en este tipo de
tumores), Paula comenzó con picores y ronchas por todo el cuerpo. La cosa no
quedó ahí, y progresó, con la aparición de dificultad respiratoria intensa,
caída de la presión arterial y pérdida de consciencia. Paula sufrió lo que
conocemos como un SHOCK ANAFILÁCTICO.
Normalmente,
cuando un paciente sufre una reacción alérgica a un fármaco en particular, la
conducta a seguir es no volver a consumirlo/recibirlo en el futuro, pues las
reacciones alérgicas a fármacos no tienen fecha de caducidad (son para toda la
vida); pero, como alergólogos, ¿cómo actuamos frente a Paula? Continuemos con
el relato:
La
oncóloga de Paula, tras la gravedad de la reacción sufrida por su paciente,
optó por cambiar la estrategia de tratamiento, es decir, le retiró el
Carboplatino para iniciar una terapia alternativa que Paula toleró bien. ¿Qué
ocurrió? Que tras varios meses y después de someterse a controles de imagen, se
apreció que la enfermedad de Paula había progresado con la aparición de
metástasis.
Cuando
un cáncer desarrolla metástasis decimos que se encuentra en un estadio IV, el
más difícil de curar. En este caso sólo existía un camino, exitoso o no, pero
sólo uno: la administración de Carboplatino; pero, cómo administrarle este
fármaco de nuevo, sabiendo lo que le va a ocurrir a la paciente si lo hacemos.
Sigamos:
Paula
fue remitida a nuestro servicio por su oncóloga. Tras la realización de las
pruebas pertinentes se confirmó la existencia de una alergia al Carboplatino,
por lo que decidimos administrárselo en una pauta de DESENSIBILIZACIÓN.
La
DESENSIBILIZACIÓN A CITOSTÁTICOS (fármacos quimioterápicos) es una técnica
compleja que requiere, por supuesto, una administración hospitalaria y un
equipo adiestrado para llevarla a cabo, así como para tratar las reacciones que
pudiesen sobrevenir durante el proceso. Consiste en administrar cantidades
progresivamente crecientes del fármaco que —de forma resumida— induciránun
cambio inmunológico que llevará al paciente a la ansiada tolerancia.
Pues
eso hicimos con nuestra querida Paula: se le administró Carboplatino en una
pauta de desensibilización, que toleró y sigue tolerando en el momento actual. Y
no podemos decir otra cosa que todo nuestro apoyo y nuestro corazón está con
ella, esperando que se cure lo antes posible.
Pero
lo mismo ocurre con otro tipo de pacientes: ¿Qué hacer cuando se ha sufrido un
infarto agudo de miocardio o un infarto cerebral y se es alérgico al Ácido
acetil salicílico (la necesaria Aspirina)? ¿O cuando se sufre una sepsis grave
resistente a todos los antibióticos menos a la Penicilina, cuya alergia impide
su administración? La DESENSIBILIZACIÓN es una técnica extrapolable a otros
grupos de fármacos distintos a los quimioterápicos, y no sólo eso, también se
usa para la adquisición de tolerancia en determinados casos de alergias
alimentarias.
Todo
solucionado entonces, ¿no? Desensibilizamos, y listo. Pues no, porque cuando tu
hospital no dispone de alergólogo (algo bastante habitual, sobre todo en
algunas comunidades autónomas como Andalucía o Islas Baleares), estas técnicas
no se llevan a cabo. ¿Tan habitual es? Sí; demasiado. No creo tener que decir
qué ocurre cuando —por una alergia—no puedes recibir el fármaco del que depende
tu vida. No se trata de ponerse fatalista, de hacer demagogia ni anunciar el
Apocalipsis. Se trata de denunciar una realidad y una injusticia. Se trata de
reivindicar el papel que debería tener esta especialidad médica y que aún se le
niega. Juzguen ustedes: En la provincia de Málaga existen actualmente seis
hospitales. Sólo uno de ellos dispone de servicio de alergología.
Es
responsabilidad inexcusable de nuestros gobernantes, asegurar la protección
sanitaria gratuita, universal e igualitaria, a cada uno de los
ciudadanos españoles, residan donde residan. Lo demás son patochadas.
Os
deseamos una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo, de
parte de todos los integrantes del Grupo AlergoMálaga.
Dr. Gonzalo Campos Suárez.
Médico Especialista en Alergología.
Coordinador del Grupo AlergoMálaga.
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