Una de las consecuencias de la
globalización es el cambio en los patrones de consumo alimentario e
introducción en la dieta de alimentos, que hasta ahora solo consumíamos si viajábamos
al extranjero y queríamos probar la gastronomía local. Muchos de estos
alimentos se nos venden como “superalimentos” por sus propiedades
nutricionales, pero esto no significa que no estén exentos de producir
reacciones alérgicas, ya que todo alimento que contenga proteínas puede
hacerlo.
En los últimos años, la variedad de
frutas que consumimos ha aumentado, con un incremento de las tropicales como el mango,
aguacate y papaya, o de bayas
como las de Goji, las de Acai, o las de enebro, que empieza a acumular casos de reacciones alérgicas, tanto
por su ingesta- con urticaria y anafilaxias- como por su contacto –urticaria o
dermatitis de contacto- la mayoría de tipo ocupacional.
Mango, aguacate y papaya |
Bayas de Acai y Goji |
Respecto a los cereales, hemos pasado de
consumir preferentemente trigo, maíz y arroz, a incorporar en mayor proporción otras
especies como el centeno o la avena en los panes multicereales e introducir la quínoa
en la dieta, de la que ya se están describiendo casos de reacciones alérgicas.
Pan de Centeno |
Quinoa |
La mayoría de estos productos se acompañan también de semillas (sésamo, pipas de girasol, pipas de calabaza, semillas de amapola, de linaza, chía…), con
las que también aderezamos ensaladas, decoramos repostería, o usamos en platos
de la cocina árabe y oriental. El sésamo
o ajonjolí (más de uno lo reconocerá en los mantecados o en los panes de
hamburguesa) es el que se encuentra a la cabeza en número de casos de
reacciones alérgicas referidas, siendo uno de los alérgenos de declaración
obligatoria en la Unión Europea. Así bien, el resto de semillas muchas veces
pasan desapercibidas en los platos y se cree que algunas reacciones que quedan
sin resolver, puedan ser las responsables.
Mantecado decorado con sésamo |
Semillas de Chía, Linaza, Calabaza y Amapola |
Uno de los alimentos que en la última
década más han aumentado su presencia, con la introducción de la comida japonesa
en nuestras mesas, son las algas.
Aunque existe controversia en si la espirulina
se clasifica como alga o como una cianobacteria, ya hay descritos algunos casos
de anafilaxia por la ingesta de la misma. Sin embargo, también se han descrito
propiedades antialérgicas en algunas especies, actualmente en estudio.
Espirulina, las algas como nuevos alimentos |
Dra. Teresa
Posadas Miranda
Especialista en
Alergología
Grupo
AlergoMálaga
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