Estamos estrenando el otoño y, con la llegada
de la nueva estación, aparecen los molestos catarros de siempre. La mayoría son
banales, de origen viral y solo precisan tratamiento sintomático y medidas
higiénicas para evitar su propagación. Se conocen más de 200 virus que pueden
producirlos, y se estima que lo normal es que padezcamos 1-2 episodios anuales.
Representación de virus |
Pero, a veces, estos catarros se complican.
Existen personas con alteraciones en su sistema inmunitario en los que los
mecanismos de defensa frente a las infecciones no funcionan como deberían, lo
que lleva a la aparición de complicaciones.
Catarros, resfriados e infecciones respiratorias |
Esto es lo que nos contó Carlos cuando
acudió a nuestra consulta. Carlos tenía 35 años y refería cuadros de
rinosinusitis de repetición, acompañados de fiebre, en un número de 5-6 al año,
precisando el uso repetido de antibióticos. En alguna ocasión había presentado incluso
afectación pulmonar. Decía que no veía normal tantas infecciones. A nosotros
nos parecía igual.
Se le realizó el estudio alergológico mediante
pruebas cutáneas frente a los neumoalérgenos más habituales en nuestro medio y
se le prescribió una analítica con determinación de inmunoglobulina E
específica a los mismos, que resultaron negativos.
En la analítica, sin embargo, se
objetivó un déficit de inmunoglobulina A (menor de 7 mg/dl), teniendo el
resto de las inmunoglobulinas en valores normales. Ante estos resultados, se
diagnosticó a Carlos de una Inmunodeficiencia
por déficit selectivo de inmunoglobulina
A.
Inmunoglobulinas humanas: IgG, IgM, IgD, IgA, IgE y formas poliméricas |
El
déficit selectivo de inmuglobulina A
es la inmunodeficiencia primaria más frecuente. La mayoría de los pacientes
que la padecen lo hacen de manera asintomática, pero algunos, como le ocurría a
Carlos, pueden presentar infecciones de repetición. Se desconoce el patrón de
herencia genética, pero si se tiene un familiar con esta patología, aumenta la
probabilidad de padecerlo hasta en 50 veces.
Inmunoglobulina A |
Hay algunos fármacos (fenitoina,
sulfasalazina, oro coloidal y d-peninicilamina) que pueden desencadenarla.
Los síntomas que pueden producir son
infecciones sinopulmonares de repetición, diarreas, infecciones recidivantes
por parásitos intestinales y, en algunas ocasiones, asociar trastornos de tipo autoinmune
(enfermedad celiaca, enfermedad inflamatoria intestinal o lupus). Algunos de
estos pacientes pueden fabricar anticuerpos contra la inmunoglobulina A de la
que son deficitarios, de manera que si se les realiza transfusiones o
tratamiento con otros hemoderivados pueden llegar a sufrir reacciones anafilácticas.
Existe una asociación IgA y enfermedad celiaca. |
En algunos casos esta inmunodeficiencia puede
evolucionar a otra más grave, la Inmunodeficiencia
variable común. Otros, por el contrario, mejoran de forma espontánea con el
tiempo. El pronóstico empeora si se asocia a una enfermedad autoinmunitaria.
Respecto al abordaje terapéutico, hay que
decir que estos pacientes no son susceptibles de tratamiento sustitutivo con inmunoglobulinas,
ya que la mayoría de los preparados comercializados para reposición contienen sobre
todo inmunoglobulina G, de la que no son deficitarios. Además, cabe ese riesgo
de anafilaxia por lo referido anteriormente. En caso de precisar una transfusión
de hematíes, solo podrán usarse concentrados. Es recomendable también que estos
pacientes lleven consigo alguna identificación de la enfermedad que padecen.
Se prescribirá el uso de antibióticos
cuando sean necesarios para las infecciones de oído, senos, pulmones, aparato
digestivo y urinario y, en los casos más graves, se administrarán de forma
profiláctica.
Dra. Rocío de la
Higuera Artesero
Médico
Especialista en Alergología
Grupo
AlergoMálaga
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