Siguiendo
con el tema tratado en la entrada anterior por el Dr. Muñoz, la inmunoterapia
(“vacunas”) es una herramienta terapéutica básica en Alergología, y que
prescribimos y administramos a diario en el tratamiento de la alergia
respiratoria.
Si
bien, aunque no es una contraindicación como tal, es controvertido el uso de
esta inmunoterapia a partir de cierta edad, debido tanto a la escasez de
estudios de eficacia y seguridad por encima de los 50-60 años, como al
envejecimiento del sistema inmune y factores de riesgo como enfermedades
cardiovasculares, que pueden implicar un mayor riesgo en el uso de este
tratamiento.
Adultos de la 3ra edad |
La
senescencia o envejecimiento del sistema inmune, lleva a múltiples cambios
entre los que se encuentra una disminución o enlentecimiento de la respuesta
del mismo ante estímulos externos, ya que disminuye la actividad de muchas de
las células que lo componen (fagocitos, linfocitos entre otros). Esta ha podido
ser una de las razones principales de la falta de estudios al respecto.
Formación de inmunidad en la serie "Érase una vez la vida" |
Sin
embargo, el aumento de la esperanza y calidad de vida ha hecho que cada vez sea
más frecuente diagnosticar de rinitis y asma a los pacientes en este tramo
etario, pacientes que en muchas ocasiones ya están polimedicados por otras patologías, pudiendo incrementarse las interacciones medicamentosas, y a su vez se pueden ver más afectados por los efectos
secundarios de la medicación sintomática usada en alergia, principalmente los antihistamínicos. Por ello, se ha replanteado esta contraindicación, y son varios los estudios
que apoyan su uso en edades más tardías.
Las personas mayores con frecuencia son pacientes polimedicados |
Los
estudios realizados hasta el momento, en adultos entre 60 y 75 años, con
vacunas de extractos frente a ácaros del polvo y polen de gramíneas han
demostrado seguridad tras tres años de tratamiento sin presentarse reacciones
sistémicas relevantes.
Así
mismo se ha observado su eficacia por la disminución de la frecuencia e
intensidad de los síntomas y un aumento de la calidad de vida de estos
pacientes, similar a la mostrada en estudios con pacientes más jóvenes. Además
la disminución del uso de medicación de rescate, da un mayor perfil de
seguridad, al reducir los efectos adversos producidos por esta y las
posibilidades de interacción con otros fármacos.
Los estudios actuales demuestran seguridad y mejoría clínica |
A nivel inmunológico, se observó
tolerancia frente al alérgeno al que nos vacunamos, con disminución de los
niveles de inmunoglobulina E específica respecto a los del inicio de la vacunación
y aumento de la inmunoglobulina G4, con los mismos efectos inmunomoduladores
acontecidos en otras edades.
Los cambios inmunológicos nos hacen más resistentes a los alérgenos |
A pesar de la necesidad de más estudios,
ya que los existentes están realizados en pocos pacientes, los datos actuales
nos proponen que salvo contraindicaciones absolutas (ya comentadas en la
entrada anterior), la indicación de inmunoterapia debe ser individualizada y
formar parte del arsenal terapéutico.
Dra. Teresa Posadas Miranda
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga
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