En la anterior entrada de nuestro blog,
la Dra. Clara Pérez nos llamaba la atención sobre aquellos pacientes a los que
año tras año, con el otoño-invierno, les “entraba un resfriado que no soltaban
hasta que llegaba el verano”, y que con una alta probabilidad se podría tratar
de una rinitis alérgica. Pero, ¿qué pasa cuando un paciente tiene estos
síntomas y tras realizar todos los estudios alergológicos no se evidencia positividad
a ningún alérgeno? En estos casos entramos dentro de un amplio abanico de
posibilidades, no siempre fáciles de distinguir, pero englobadas bajo el marco
de la rinitis no alérgica.
Los síntomas de las rinitis, entendidas
estas en general como una afectación de la fisiología nasal, no difieren mucho
entre sí, aunque puede haber una serie de matices que nos ayuden a distinguir
los 3 grandes grupos en los que las clasificamos.
Las más frecuentes de todas ellas son
las rinitis infecciosas, habitualmente
cursan con mucosidad blanquecina o verdosa o amarillenta, pero suele ser más
densa que en las rinitis alérgicas, más difícil de expulsar, acompañada de
congestión nasal y otros síntomas como puede ser dolor de garganta, de oídos o
de cabeza, sensación de destemplanza (febrícula o fiebre), malestar general… es
decir, un catarro de los de toda la vida, que en la gran mayoría de los casos
suelen deberse a infecciones por rinovirus y en otras por infecciones
bacterianas, y como tales, no suelen durar más de 1-2 semanas.
La rinitis es la primera causa de consulta en Alergología |
¿Y
si no es ni una, ni otra? Rinitis no alérgica-no infecciosa
El término rinitis no alérgica-no
infecciosa se aplica a la afección nasal en la que los síntomas son idénticos a
la rinitis alérgica pero la causa alérgica se ha excluido. Puede afectar tanto
a niños como a adultos, aunque es más frecuente a partir de la tercera década
de la vida.
Los desencadenantes de los síntomas de
rinitis no alérgica varían y pueden incluir ciertos olores e irritantes del
aire, cambios de clima, ciertos medicamentos, determinadas comidas y otras afecciones
crónicas.
El diagnóstico de rinitis no alérgica (RNA) se establece cuando se descarta la causa
alérgica y para ello es necesario realizar un estudio alergológico en el que se
realizan pruebas cutáneas a los aeroalérgenos habituales del medio en el que
está el paciente y en algunos casos se pueden necesitar análisis de sangre para
determinación en ambos casos de la presencia de inmunoglobulina E específica
frente al alérgeno en cuestión.
En la rinitis no alérgica, los síntomas
pueden presentarse de forma constante o a modo de crisis, pero incluyen
igualmente moqueo, estornudos, congestión nasal, sensación de moco en la
garganta (goteo postnasal) que puede incluso irritar la faringe y producir una
tos molesta… y no tanto picor en nariz y ojos, que serían más frecuentes en la
rinitis alérgica.
El origen o las causas exactas de este
tipo de rinitis no se conocen bien, aunque los datos que tenemos actualmente
apuntan a factores estimuladores y vasodilatadores sobre los vasos sanguíneos
de la nariz o bien una hiperrespuesta de las terminaciones nerviosas nasales
similar a la que presentan aquellos pacientes con hiperreactividad bronquial.
Dentro de la rinitis no alérgica se pueden encontrar diferentes presentaciones
que ayudan a establecer una clasificación como la siguiente, de las que daremos
algún dato:
• Rinitis
no alérgica con síndrome eosinofílico (entre un 13 y 33% de las RNA). Su
diagnóstico se establece cuando después de tomar una muestra de la mucosa
nasal, ésta presenta más de 20% de células blancas del tipo de los eosinófilos.
RhinoProbe: Un método de obtención de células nasales |
• Rinitis
irritativa-tóxica o por químicos: Provocada por la exposición a agentes irritativos
o tóxicos como: sustancias químicas, pegamentos, solventes, perfumes,
ambientadores, humo de cigarro, partículas, que actúan a través de mecanismos
no inmunológicos y provocan irritación y síntomas.
Productos de limpieza |
• Rinitis
hormonal: Debidas a cambios hormonales como el ciclo menstrual,
el embarazo, los anticonceptivos, después de la menopausia, y otras
enfermedades hormonales como hipotiroidismo, acromegalia, etc.
• Rinitis
provocada por medicamentos / Rinitis medicamentosa: debida al uso de
fármacos como la aspirina, otros AINEs, los beta-bloqueadores, los
antihipertensivos tipo inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina
(IECAs, como Enalapril), la
metildopa, los agentes psicotrópicos, aunque los más frecuentemente
relacionados son los descongestionantes nasales cuyo abuso generan tolerancia
sobre los receptores alfa adrenérgicos debido a estimulación constante. Marcas
tan conocidas como Respir, Respibien, Utabón… que suelen llevar principios activos terminados en –zolina (como
la oximetazolina).
Los descongestivos como causa de rinitis medicamentosa |
• Rinitis
provocada por factores físicos, aire frío y seco. Los cambios de
temperatura o de humedad, pasar a un sitio con aire acondicionado, sección de
congelados del supermercado, etc., afectan a la mucosa nasal generando la
hiperrespuesta de la misma.
• Rinitis
producida por alimentos (o rinitis gustatoria), que se produce tras la
ingesta de ciertos alimentos, particularmente condimentados, picantes, chiles o
calientes que estimula la liberación de sustancias y las fibras nerviosas
nasales. Suelen responder a bromuro de ipratropio.
Los picantes pueden favorecer una respuesta nasal |
• Rinitis producida por emociones.
• Rinitis
atrófica. Realmente aquí no suele haber inflamación, sino una fosa nasal
amplia, sin obstrucción, que puede ser secundaria a una cirugía excesiva,
radioterapia, enfermedad granulomatosa crónica y otras.
• Rinitis
senil. Al igual que nuestra piel envejece y aparecen arrugas, manchas, etc,
los mecanismos regulatorios de la capacidad nasal y la producción de moco
pueden ir deteriorándose con la edad y en algunas personas mayores de 60 años,
comienzan con “esa gotilla incesante”, que les obliga a tener siempre un
pañuelo a mano.
Como podéis ver la patología nasal
incluye muchos más actores además de la alergia, pero es fundamental descartar
ésta como primera opción con un alergólogo para seguir investigando con otras
pruebas o valoración por otros especialistas como nuestros compañeros los
otorrinolaringólogos.
Dr. Jaime García
Campos.
Médico
Especialista en Alergología.
Grupo
AlergoMálaga.
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