Cada año nos encontramos con más
pacientes que refieren estar diagnosticados de intolerancia a la lactosa y
también otros muchos que no han consultado al médico, pero que dicen que “les sienta
mal la leche”.
Ante todo, es imprescindible diferenciar
entre intolerancia a la lactosa y alergia a las proteínas de la leche. Y hay
que aclarar que no existe la alergia a la lactosa.
Intolerancia a la Lactosa (no existe alergia a la lactosa) |
La alergia se produce como reacción a la
proteína de un alimento, y la lactosa no es una proteína. La lactosa
es un azúcar natural de la leche, por tanto, no puede desencadenar una
reacción alérgica.
Alergia a la Leche: No pueden tomar leche |
Las personas con intolerancia a la
lactosa padecen fundamentalmente reacciones digestivas: diarreas,
digestiones pesadas, hinchazón abdominal. Nunca síntomas de alergia, como
lesiones en la piel tipo ronchas, dificultad respiratoria o incluso el cuadro
más grave, el shock anafiláctico.
Dolor abdominal, síntoma frecuente en la intolerancia |
La intolerancia a la lactosa es una
enfermedad en la cual el intestino delgado no produce suficiente lactasa, impidiéndose
así metabolizar el azúcar primordial que contienen las leches de origen animal,
es decir, la lactosa.
Se clasifica en diferentes grados en
función de la ausencia o déficit de lactasa. Cuanta menos lactasa produce el
cuerpo más sensible se es a la lactosa. Por ello, la mayoría de los intolerantes
a la lactosa toleran ciertas trazas, pero los que la padecen en grado extremo, ni
siquiera esto, y sufren las consecuencias de ello incluso con el consumo de
medicamentos que contienen lactosa simplemente como excipiente.
Existen fármacos sin lactosa |
Dentro de los medicamentos que se usan
para tratar las alergias, debemos de tener en cuenta algunas consideraciones:
Los
antihistamínicos
La mayoría de los comprimidos llevan lactosa, a excepción de aquellos que contienen Bilastina
como principio activo (Bilaxten®, Ibis® u
Obalix®) y los de algunos laboratorios genéricos españoles como Kern Pharma y Cinfa. También están libres de lactosa los antihistamínicos en
formato liofilizado, como Ebastel Flas®, o bucodispersable, como Aerius
bucodispersable®. Igualmente, los
jarabes o soluciones orales de
antihistamínicos, usados en la edad pediátrica, no llevan lactosa como excipiente.
Bilaxten: un antihistamínico moderno y sin lactosa |
Los
broncodilatadores y corticoides inhalados para tratar el asma alérgico
Existen, de forma general, dos formas de
administración: en polvo seco y presurizado. Aquellos con polvo seco, que se activan con la inhalación, llevan lactosa en su
composición, en cambio no la contienen los presurizados,
tipo Ventolin®, los que se activan al
presionar y disparan como una nebulosa.
Los inhaladores presurizados no contienen lactosa |
Montelukast (Singulair®, Pluralais®): La presentación
en comprimidos contiene lactosa, no así el granulado o masticable recomendados en la edad pediátrica.
Singulair en comprimidos SI contiene lactosa |
Corticoides
orales
El problema se presenta con los
corticoides orales. Para la edad adulta solo están comercializados los comprimidos, y no hay en la actualidad
ningún laboratorio farmacológico que los fabrique sin lactosa. En cambio, el
formato pediátrico en gotas no la
contiene.
Siempre que acudáis al médico, cuando os
pregunte si padecéis alguna enfermedad o alergia medicamentosa, comentadle que
sois intolerantes a la lactosa. Muy probablemente tendrá que consultar el prospecto antes de prescribiros el
medicamento en cuestión.
También podéis, a posteriori, consultarlo
con vuestro farmacéutico, que puede
acceder a una página web muy útil: BOT
plus 2.0.
Portal Web: Bot Plus 2.0 |
Dra. Clara
Isabel Pérez Padilla.
Médico
Especialista en Alergología.
Grupo
AlergoMálaga.
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