jueves, 15 de septiembre de 2016

Las enfermedades alérgicas: ¿La nueva epidemia del siglo XXI?



Es un hecho contrastado por numerosos estudios epidemiológicos que las enfermedades alérgicas están aumentando. Hablamos de un grupo de patologías que afecta al 20% de la población mundial (o lo que es lo mismo: a 1 de cada 5 habitantes del planeta). Cifra que es aún mayor si la circunscribimos a Europa, donde crece hasta el 25-30%. La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha incluido las enfermedades alérgicas comunes (asma y rinitis alérgicas, dermatitis atópica, alergias alimentarias y a fármacos) dentro de las 6 patologías de mayor prevalencia de forma general a nivel mundial, y es por esto por lo que hace tiempo que saltaron las alarmas.

1 de cada 5 personas padece alguna enfermedad alérgica
     En un estudio que incluyó a 300 pacientes de distintas nacionalidades (daneses, suecos y alemanes), se verificó un incremento en la prevalencia de dermatitis atópica de un 7% (en 1979) a un 18% (en 1991). Otros estudios demuestran lo mismo para el resto de patologías alérgicas. Alergológica 2005, un ambicioso estudio epidemiológico transversal sobre la situación de las enfermedades alérgicas en España, dejó claramente de manifiesto que la incidencia de este grupo de enfermedades está creciendo a ritmo acelerado.

En Europa se ha constatado un aumento en las enfermedades alérgicas
      En marzo de 2005, R. Jaenicke, de la Universidad de Mainz, publicó que hasta el 25% de los contaminantes ambientales pueden ser de origen biológico (haciendo referencia sobre todo al polen). La alergia al polen es mundialmente famosa por su elevada prevalencia y su incidencia creciente, pero existen aún muchos enigmas por resolver: ¿Cuál es la explicación de que en algunas regiones la alergia al polen sea mayor en las zonas urbanas que en las rurales? Han surgido teorías como la de la contaminación del aire de la ciudad por partículas de ozono, elevados niveles de dióxido de nitrógeno, etc., que facilitarían la sensibilización a estos alérgenos. Pero esto no es siempre así: ¿Por qué entonces, países como China o Europa del este, famosos por sus elevados niveles de contaminación, presentan una baja prevalencia de asma alérgica y otros, como Nueva Zelanda, con una política medioambiental estricta, presentan una tan alta? La respuesta es: NO LO SABEMOS. 
La contaminación es una de los factores relacionados, pero no el único
      Lo que está claro es que en este juego existen varios participantes que aún no conocemos, y que pueden tener que ver con la genética, la climatología o la alimentación (o con todo al mismo tiempo), y vaya usted a saber qué más.

La genética juega un importante papel
       La prevalencia de las enfermedades alérgicas es claramente más alta en los países desarrollados respecto a los subdesarrollados o aquéllos en vías de desarrollo. Esto es una realidad más que constatada. La “hipótesis de la higiene” hace referencia al contacto precoz con agentes infecciosos, que modularían nuestro sistema inmunológico en sus etapas tempranas favoreciendo su adecuado desarrollo —como ha venido ocurriendo a lo largo de la historia—. ¿Hemos intervenido demasiado? ¿Ha osado el hombre moderno limitar este contacto debido a un excesivo “celo” por la higiene? 
La Hipótesis de la Higiene
        Es evidente que han cambiado muchas cosas respecto a la nutrición infantil en las últimas décadas: la mujer, por ejemplo, se ha incorporado al mundo laboral, lo que en general ha acortado los períodos de lactancia, los alimentos han pasado a ser sometidos a rígidos procesos de manipulación para optimizar su conservación, han surgido los alimentos “transgénicos”, hemos incorporado nuevas proteínas alimentarias (antes nadie comía aguacates ni kiwis), las edades de introducción de los alimentos en la dieta cambian constantemente (y son distintas entre países distintos). ¿Y el estrés, le echamos la culpa de algo de todo esto? Pues a lo mejor sí. ¿Ahora cumplimos con la dieta mediterránea tanto como antes? Ni por asomo. En fin…

Zumo 'Verde' de Aguacate y Kiwi
Lo que todos tenemos bastante claro, es que aquellos que pasamos de los treinta años, no hemos escuchado a nuestros abuelos ni a nuestros tíos-abuelos nombrar la palabra “alergia”. Existían “achaques”, “pleuresías”, “apoplejías”, “durezas”, “culebrinas”, etc., pero no alergias. Quedémonos con esto.

Dr. Gonzalo Campos Suárez.
Médico Especialista en Alergología.
Grupo AlergoMálaga.

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