lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Existe la alergia a la humedad?

 Desde que comencé mi andadura como alergóloga, no existe un día en el que algún paciente no me afirme de forma sentenciosa: 

“Doctora, sé que soy alérgico a la humedad”

Pero como dijo aquel, vayamos por partes… 

- ¿Puede la humedad desencadenar síntomas de alergia? ¿Es esto posible?
En ocasiones, un sí y un no pueden ser respuestas correctas a un tiempo. A lo largo de este post entenderéis el porqué. 

La humedad, como tal, no tiene capacidad alergénica, pues su composición (vapor de agua) no contiene proteínas (o alérgenos), que son las responsables de desencadenar el mecanismo inmunológico necesario para inducir lo que conocemos todos por ALERGIA. La humedad no es más que una condición climatológica o ambiental (como prefiráis llamarla), que actúa como caldo de cultivo, como factor favorecedor, en el caso de ciertos alérgenos, para que puedan persistir en concentraciones elevadas en el ambiente. 
Humedad condensada en un cristal
  - ¿Cuáles son esos alérgenos que tienen esa relación tan estrecha con la humedad?
Fundamentalmente dos, los ácaros del polvo y los hongos. Así, si un paciente afirma ser alérgico a la humedad, probablemente su problema esté en una alergia a ácaros, a hongos, o a ambos. Los síntomas principales que suelen inducir son de índole respiratoria y ocular: rinitis, conjuntivitis y/o asma. 

Comencemos dando unas pincelas sobre las ácaros.

Los ácaros son una subclase de arácnidos, de los que existen casi 50.000 especies descritas, aunque se calcula que sólo 25 están relacionadas con enfermedades alérgicas en el ser humano.

Ácaro del Polvo visto al Microscopio Electrónico
  Abundan, sobre todo, en lugares con mucha vegetación, entre los productos de desecho en descomposición, y en asociación a musgos y líquenes. Además, se encuentran, de forma habitual, en el interior de los domicilios, especialmente en colchones, almohadas, alfombras y sofás. El ácaro más predominante en nuestra zona es el perteneciente a la especie Dermatophagoides.
Los principales factores ambientales que influyen en la presencia de ácaros son la temperatura y la humedad relativa. La temperatura óptima de reproducción oscila entre 25-35°C. La humedad relativa ideal, dependiendo de las diferentes especies, se sitúa entre el 60-75%.
En los domicilios de zonas con climas templados, los niveles de ácaros varían según las estaciones, con cifras bajas a comienzo del verano y una elevación progresiva a medida que se aproxima el otoño, seguido por un posterior descenso al llegar el invierno. A pesar de dicho descenso, en los meses con temperaturas más bajas, las partículas alergénicas de los ácaros pueden permanecer en el ambiente, por lo que la sintomatología que desencadenan en el paciente, en la mayoría de los casos es perenne.
Así, si eres alérgico a los ácaros del polvo y resides o tienes pensado viajar, por ejemplo, a la costa de Málaga, tu sintomatología podrá verse exacerbada. En cambio, si te trasladas al interior, donde el clima es más seco, apreciarás una gran mejoría.

- ¿Y qué decir de los hongos?
Dentro del reino Fungi, están incluidos lo mohos, que son hongos filamentosos, que forman unas colonias visibles (típicas manchas de humedad en las paredes, o la clásica pelusa que se forma en los alimentos). 
Hongo: Alternaria alternata

La inmensa mayoría son saprofitos, descomponen la materia muerta. Varias miles de especies provocan parasitación y enfermedades en las plantas; unas decenas provocan infección en el hombre (micosis), y sólo unas pocas, menos de 50 especies, tienen la capacidad de desencadenar enfermedades alérgicas. La más importante en nuestro país desde el punto de vista alergológico es Alternaria alternata.
La humedad favorece el crecimiento de los hongos, y el tiempo soleado y ventoso, la diseminación de sus esporas.
En climas cálidos y húmedos, los hongos están presentes a lo largo de todo el año. En zonas templadas, sus esporas se encuentran en concentraciones más elevadas al final del verano.
Para concluir, la humedad por sí misma no tiene capacidad para inducir enfermedades respiratorias de índole alérgica, pero sí favorece su desarrollo.
Una recomendación final para los alérgicos a ácaros y hongos: Evitemos la colocación de humidificadores en los dormitorios de nuestra vivienda. 

Hasta pronto. 

Dra. Clara Isabel Pérez Padilla
Médico Especialista en Alergología.
Grupo AlergoMálaga.

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