martes, 3 de julio de 2018

Hongos de interés en alergia

Cada vez que un paciente acude a un alergólogo refiriendo ser “alérgico a la humedad”, respiro hondo. Me toca hacerle entender que la “humedad” como tal, no es más que vapor de agua y que no puede producir alergia… aunque sí es una condición ambiental que favorece su desarrollo frente alérgenos que proliferan cuando es elevada, como por ejemplo ocurre con los ácaros del polvo y con los hongos (estos últimos tal vez algo más desconocidos).
Condensación en cristal de la humedad ambiental
       Los hongos constituyen un reino de seres vivos independiente, el reino Fungi, caracterizado por su gran heterogeneidad. La característica fundamental que los diferencia de los vegetales, es la ausencia de clorofila. Por este motivo, han de vivir en simbiosis con otros seres vivos o como parásitos, ya que no pueden realizar la función fotosintética. Para profundizar en el conocimiento de este reino, os animo a leer cualquier tratado de biología. Pero, en esta entrada a nuestro Blog para pacientes, creo que os puede interesar más las características de las alergias respiratorias desencadenadas por los hongos ambientales.

Los hongos desencadenan reacciones de hipersensibilidad de diferentes tipos, las más frecuentes mediante mecanismos mediados por la IgE (es decir el mismo mecanismo que origina el resto de alergias por ácaros, pólenes, alimentos…).

La más importante es la afectación de la vía respiratoria inferior, la inhalación de esporas fúngicas en pacientes sensibilizados, puede inducir crisis de asma. Pero también rinitis y conjuntivitis. Existe evidencia científica entre la asociación de asma grave y la exposición a esporas fúngicas o sensibilización a mohos. Se ha demostrado la relación que existe entre brotes epidémicos de asma en días de tormenta porque se asocia con altos niveles fúngicos atmosféricos, ya que las turbulencias aéreas en esos días movilizan mohos y pólenes.

Las pruebas diagnósticas no difieren de las realizadas para otros alérgenos, fundamentalmente los pricks cutáneos (muy sensibles) y la determinación de IgE específica (análisis de sangre).
Las pruebas demuestran que el moho Alternaria es la causa principal de sensibilización fúngica en Europa, y que ello se asocia con el desarrollo de rinitis alérgica y asma, así como su persistencia y gravedad.
Esporas de Alternaria
        Hay profesiones que pueden facilitar la sensibilización a estos alérgenos, jardineros, agricultores, leñadores … pero también los que trabajan en ambientes interiores, como personal de limpieza y mantenimiento de edificios, trabajadores de industrias contaminantes, y producción de algunos alimentos: embutidos (Penicillium spp crecen sobre la superficie durante la fermentación), quesos curados (Penicillium roquefort, Penicillium camembert, cabrales…). Otras enfermedades pulmonares por hongos también se asocian a determinadas profesiones, como las neumonitis de empleados de la industria del corcho, personal de mercados o almacenes de frutas y verduras, los expuestos a aires acondicionados…
Alternaria creciendo en tomate
      También se ha descrito que fumar marihuana puede inducir una sensibilización a Aspergillus que suele estar presente en el material usado para fumar.

Aspergillus spp
Aspergillus colonizando rebanadas de pan
Pero, ¿dónde están los hongos? Pueden estar en cualquier sitio, en el exterior o en el interior de edificios, medios de transporte, colegios, así que estar expuestos a ellos resulta inevitable, pero la mayor o menor concentración es variable. La mayor concentración en el exterior suele ser en los meses de verano, cuando la temperatura y la humedad son más elevadas. También en zonas con vegetación abundante, aunque en las zonas urbanas no se libran, ya que parece que factores ambientales como la contaminación favorecen la irritación de las mucosas respiratorias y favorecen la penetración de partículas fúngicas.

¿Qué podemos hacer para evitarlos? No existe, en condiciones naturales, ningún espacio interior o exterior completamente libre de hongos, pero si se pueden encontrar en niveles bajos o aceptables que no causen problemas a los alérgicos. Lo habitual es que empiecen a multiplicarse en primavera, llegan al máximo en verano hasta principios de otoño. 

- Se debería recomendar a los alérgicos limitar su estancia en el exterior en zonas rurales o boscosas, parques y jardines en días muy ventosos o de tormentas “secas”. 
- No manipular granos de cereales almacenados, establos…
- Medidas encaminadas a reducir la humedad dentro de las casas, sótanos y garajes, favoreciendo la ventilación exterior y exposición solar.
- Bajantes y conducciones de agua herméticos.
- Extractores en cocinas y baños.
- Ojo con la conservación de alimentos perecederos en neveras y despensas, e intentar reducir el número de plantas de interior.
Limón colonizado por Penicillium

Dra. Gloria Requena Quesada.
Médico Especialista en Alergología
Grupo AlergoMálaga

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