jueves, 2 de noviembre de 2017

El miedo a las agujas: la belonefobia



Acabamos de pasar una de las noches donde más presente se hacen los sustos y el miedo en el año, la noche de Halloween, o para los más tradicionales la víspera de Todos los Santos, y para salirnos un poco de la rutina de la alergología se me ocurrió abordar un tema que tenemos muy presente casi todos los días en la consulta, el miedo a los pinchazos.
Halloween
 Todos, y cuando digo todos es todos, en algún momento de la vida tenemos miedo de algo. El esquema clásico del mecanismo de generación del miedo pasa por reconocer un estímulo concreto, llamado objeto fóbico, ante el cual se desarrolla una respuesta de ansiedad que puede llegar incluso hasta al ataque de pánico.

En la infancia, suelen ser miedos primarios, miedos a lo desconocido, a la oscuridad, a quedarse solo… porque dependemos de alguien que nos proporciona seguridad. Existen otros muchos miedos comunes relacionados con nuestro entorno natural como el miedo a las tormentas, a las alturas, a las aguas profundas, a los espacios abiertos… o con nuestro entorno social como el miedo a hablar en público o miedo escénico y el miedo a ir al médico.
El miedo a la oscuridad, uno de los más frecuentes en la infancia
 En la consulta de cualquier médico es habitual ver como sobre todo los más pequeños desarrollan un miedo a la bata blanca o a la figura del médico, porque relacionan esa imagen con la de desagradables exploraciones con depresores linguales, otoscopios, quedarse desnudos en la camilla de exploración, recibir vacunas, etc. Por este motivo en muchas ocasiones prescindo de ponerme la bata, porque no es la primera vez que solo entrando por la puerta un niño se pone a llorar desconsoladamente. Cuando este miedo a ir al médico, se convierte en algo patológico se denomina yatrofobia. Incluso hay personas que este miedo lo hacen extensible al ámbito sanitario, como entrar en el hospital o percibir el olor a alcohol.
Yatrofobia: Miedo a ir al médico
 Hace ya unos meses que sigo un paciente en consulta con una fobia bastante específica, que el miedo a las agujas o belonefobia. Esta palabra viene derivada del griego βελόνη (belónē), que significa ‘aguja’, y φοβία, que significa ‘temor’.
Belonefobia: Miedo a las agujas
 Podemos encontrar este término con otros sinónimos como ecmofobia o aicnofobia (el temor a objetos puntiagudos o afilados), la tripanofobia (miedo a las inyecciones), y a menudo se relaciona con otro tipo de fobias como son la fobia a la sangre (hematofobia) o a las heridas (traumatofobia).
Hematofobia: Miedo a la sangre.
 En muchas ocasiones, los niños manifiestan miedo ante una situación como un reflejo de imitación por un temor contagiado por sus propios padres, absorbiendo sus emociones y proyectándolas, es decir los padres que expresan nerviosismo en la consulta contagian inconscientemente a sus hijos, por tanto hay siempre que transmitirles seguridad. Este no es el caso de mi paciente, sus padres son firmes, decididos, transmiten seguridad a su hijo, grandes dosis de paciencia y comprensión.

Recuerdo que ya en la primera consulta, solo para hacer las pruebas cutáneas o prick test, donde empleamos lancetas que poseen un minúsculo pincho de 1mm, dedicamos unos 40 minutos para poder llevarlas a término, pero finalmente con paciencia conseguimos hacerlo y así establecer el diagnóstico de su alergia respiratoria.
 
A día de hoy, aún persiste su miedo, pero acompañado de sus padres lleva más de medio año acudiendo a mi consulta para recibir mensualmente su dosis de vacuna antialérgica y está mejorando su sintomatología notoriamente, motivo por el cual seguimos decididos tanto sus padres como yo a continuar con la inmunoterapia.
 

¿Cómo abordar estos miedos?

Obviamente yo soy lego en este campo, pero según las fuentes consultadas, parece aportar más beneficios el tratamiento psicológico con terapias cognitivo-conductuales para tratar la belonefobia y superar el miedo a las agujas y los objetos punzantes.

La principal estrategia utilizada suele ser la exposición progresiva y gradual de estímulos al sujeto con el objetivo de que se vaya habituando a ellos, y  por otro lado, para prevenir la respuesta de ansiedad suele resultar útil incorporar estrategias de relajación.
Juntos lo conseguiremos
Juntos lo conseguiremos.

Dr. Jaime García Campos.
Médico Especialista en Alergología.
Grupo AlergoMálaga.

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